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miércoles, 21 de septiembre de 2011

Antecedentes generales del Paisaje de Conservación del Valle y Serranías

Las regiones de Los Ríos y de Los Lagos representan geográficamente a la mayor parte de la Ecorregión del Bosque Lluvioso Valdiviano. Con un área total original de 34,5 millones de hectáreas, la Ecorregión del Bosque Lluvioso Valdiviano es la segunda más grande de las siete Ecorregiones de Bosques Lluviosos que existen en el mundo. Se extiende desde la Cordillera de la Costa en Chile sur occidental, a través de la Depresión Intermedia, hasta la Cordillera de los Andes en el este. En forma más específica, se extiende desde los límites políticos de la Región del Bío Bío hasta la de Aysén (35º-55º S) y tiene aproximadamente 1.600 km de longitud y entre 150-250 km de ancho. También ocupa un estrecho cinturón de la Cordillera de los Andes en la parte sur de Argentina. Se le considera vulnerable y se destaca a nivel mundial en términos de sus peculiaridades biológicas habiendo sido ubicada dentro de la más elevada prioridad de conservación en la región de América Latina y el Caribe (Dinerstein et al. 1995). También ha sido definida como una de las 25 ecorregiones prioritarias que deben ser conservadas a nivel mundial por parte del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y tanto el Banco Mundial como la organización Bird Life International la han considerado como una ecorregión de importancia a nivel mundial y una prioridad para la conservación, debido a su extraordinario endemismo (Stattersfield et al, 1998; Dinerstein et al, 2000).

Dentro de esta ecorregión, las áreas de mayor riqueza de especies se encuentran en la cordillera de la costa y en el valle de las Regiones XIV y X. La alta riqueza de especies del valle proviene en gran parte de la presencia de especies que se encuentran en estas regiones en su límite de distribución sur y que se extienden por el norte hasta el bosque maulino. Las condiciones más templadas del valle respecto a las cordilleras permitieron que especies de plantas del bosque maulino penetraran entre las montañas andinas y costeras, avanzando hacia el sur, y mezclándose con las especies propias del bosque valdiviano.
Como se mencionó anteriormente, la zona del valle y serranías1 de Los Ríos y Los Lagos (Fig. 1), la cual esta inserta en la ecorregión valdiviana, presenta un gran porcentaje de las especies clasificadas por el Gobierno y especialistas, como especies vulnerables o en peligro de extinción, a nivel nacional o a nivel regional2. Además, es una situación reconocida que el sistema actual de áreas protegidas posee una mala representación de los bosques y formaciones vegetales del país, en donde precisamente las tierras del Valle y Serranías Transversales están mal representadas (Armesto et al. 1992; Luebert & Pliscoff 2006; Pauchard & Villarroel 2002)
Históricamente, las principales amenazas para la biodiversidad de la ecorregión Valdiviana han sido la fragmentación y pérdida de hábitat. Las causas de estas amenazas varían y van desde la ampliación de la frontera agrícola–ganadera, la sustitución de bosque nativo por plantaciones forestales de especies exóticas de rápido crecimiento (pino y eucaliptus), el floreo (extracción selectiva de los mejores árboles del bosque) y la extracción de leña sin plan de manejo forestal.
Figura N° 1: Delimitación del valle (verde) y serranías transversales (rojo) de la Región XIV y X. Las áreas en blanco son las cordilleras de la Costa y de los Andes.
Es así como las formaciones vegetales con menor representación en el sistema de áreas de
protección en la región de Los Ríos, corresponden al Bosque Caducifolio del Sur (0,5% de la
superficie remanente), Bosques Ribereños (1,7%), Bosque Laurifolio de Los Lagos (6,3%) y
Bosque caducifolio mixto de la Cordillera (15,9%). De este modo, las tres formaciones vegetales de
la Región que menor grado de representación tienen en el Sistema de Áreas Protegidas en la
Región corresponden a los bosques remanentes del Valle y Serranías Transversales (Fig. 2).


Dentro del área de valle y serranías, las principales formaciones vegetacionales corresponden al
Bosque Caducifolio del Sur3, Bosque Laurifolio de Los Lagos4, Bosques Ribereños Pantanosos, Bosques Ribereños no pantanosos, y Laurifolio Valdiviano5, las que en su conjunto abarcarían la totalidad de la superficie de bosque remanente en la región.
Hernández et al. 2009, evaluaron la pérdida de superficie de cada formación en la región respecto a su distribución potencial original (a excepción de bosques ribereños). Las formaciones que han experimentado el mayor grado de pérdida en la región corresponden al Bosque Caducifolio del Sur (20,3% de superficie remanente respecto el original) y el Bosque Laurifolio de Los Lagos (53,5% remanente), el resto de las formaciones conservan sobre un 70% de la extensión original de la formación.
El proyecto GEF SIRAP elaboró en el año 2010 un estudio de actualización cartográfica y determinación del estado de conservación del ecosistema caducifolio del sur en todo su rango de distribución (sur de la IX, XIV y norte de la X región). Los resultados muestran una pérdida superior al 90% de su superficie histórica (1,9 millones de ha), siendo el remanente actual total 162.600 ha. La Región de Los Ríos posee 61.900 ha del total (20 % bosque adulto y 80% bosque renoval), distribuido en algo más de 9.000 parches de bosque (tamaño medio 6,5 ha), lo que demuestra su alto grado de fragmentación. El 99% de los parches poseen superficies < 200 ha, lo que determina la baja capacidad de sostener en forma aislada poblaciones mínimas viables de especies. El estudio determinó que 8 son los parches remanentes más importantes de proteger en la región, principalmente por su superficie (4 parches representan el 50% de las 61.900 ha.)
En el caso del valle central de la Región de Los Ríos, el paisaje natural6 se ha sido transformado de manera paulatina por la actividad ganadera y el establecimiento de asentamientos humanos, también por la red caminera que ha ido generando accesos por el territorio. Los procesos de transformación, si bien han sido fuertes en el pasado, han sido menos intensivos que los que se reflejan en el valle central de otras regiones administrativas del país.
Un claro ejemplo de esto es la formación vegetacional Bosque Caducifolio del Sur, que según los últimos estudios, el territorio del paisaje de conservación del valle y serranías representa el 10,6% del remanente actual de la Región de Los Ríos
El territorio del valle central de la región mantiene muchos componentes naturales integrados e intercalados con usos antrópicos (praderas ganaderas, plantaciones forestales). Las características de este paisaje seminatural hacen posible planificar la conservación en él, sin poner en riesgo la economía local y viceversa.
De esta forma el proyecto GEF SIRAP, mediante un proceso de priorización regional, identificó un territorio de alto valor ambiental en el valle central y diseñó, utilizando Sistemas de Información Geográficos (SIG) e información científica disponible, un Paisaje de Conservación, basado en los lineamientos de la categoría internacional V de la Unión Mundial para la Conservación de la Naturaleza (UICN por sus siglas en inglés). Este territorio ha sido reconocido por su alto valor de conservación tanto a nivel de especies como de ecosistemas (IEB 2009; UACH 2011).

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